viernes, 9 de mayo de 2008

Hace bien Wilmut.

Con gran expectativa leí los estudios de Ian Wilmu cuando hace unos años mostró la oveja clonada, posteriormente, cuando anunció dedicarse a la clonación humana perdió, para mí, la expectativa creada, consideraba yo que no era el mejor camino, ya que considero muy diferente una oveja que un humano. Pero Ian Wilmut, el creador del primer mamífero clónico, la oveja Dolly, ha anunciado que abandonaba los experimentos de clonación con embriones humanos para trabajar en la línea abierta por los estudios que se han publicado, basados en un descubrimiento del científico japonés Shinya Yamanaka.

Desde mi punto de vista hace bien Wilmut en abandonar los intentos de clonación "terapéutica". Pero la razón de más peso para dejarla no es que no dé resultados, sino que "la investigación consumidora de embriones", como la llama Jürgen Habermas, supone una deshumanización. "La insensibilización de nuestra mirada sobre la naturaleza humana, que iría de la mano con el acostumbrarse a tal praxis, allanaría el camino a una eugenesia liberal", advierte el filósofo alemán (El futuro de la naturaleza humana, Paidós). Mensajes como este continúan vigentes después de Yamanaka. No necesitamos turiferarios del cientificismo que canten sus logros técnicos, sino una ética que los juzgue y someta a crítica. Esperemos que la nueva ministra haya cogido la onda.



José Morales Martín

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