lunes, 11 de febrero de 2008

Chapas y aborto.

Mi amiga, nada más entrar en el autobús se dio cara a cara con la chapa prendida en el abrigo de una pasajera que rezaba: "Yo también he abortado".Pasmada como estaba no articuló palabra aunque le vino a la mente el trasfondo real del lema: "Yo también he matado a mi hijo". Pasmada me quedé yo también, y es que nadie en su sano juicio, ¿moral?, ¿mental? debería alardear de semejante crimen. Pero en esto de la democracia el todo vale seha impuesto en nombre de la libertad de expresión. Que a estas alturas se reivindique la ampliación del aborto me suena a locura más que a necedad.Pero ya se sabe: con la vida no se juega porque la muerte, y más allá de ella, puede echarnos los perros de nuestras malas acciones y quitarnos para siempre las ganas de emular a Satanás.
Cristina Téllez

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