lunes, 25 de febrero de 2008

¿Optimismo o ingenuidad?

En una anterior carta hice un elogio del optimismo, para no dar la impresión de que no toco de pie en el suelo, quiero hacer una matización. Es importante considerar que el optimista no es un ingenuo, procura pensar y considerar detenidamente todas las posibilidades antes de tomar decisiones.
No se engaña e inventa una falsa realidad para hacer la vida más cómoda y fácil. El optimismo no está reñido con el realismo para conocer y medir el tipo de confianza que se depositará en cada situación.
Me parece que no debemos confundirnos, es fácil "ser optimista" cuando todo nos va bien, como afirma el dicho popular, cuando contamos con "salud, dinero y amor", este tipo de personas pueden vivir en un estado de "optimismo falso". Podemos creer que son optimistas porque no han fracasado, las personas que se encuentran satisfechas sólo porque las cosas les van bien , tienen muchas posibilidades de sentirse defraudada si es que no aprenden a reconocer el valor del esfuerzo, ver el posible fracaso con alegría y sacar consecuencias positivas de situaciones que parecen, a primera vista, poco aprovechables. Aplicada a lo educación y formación de los jóvenes considero importante tenerlo en cuenta por parte de los padres y educadores, principalmente cuando esta labor se desarrolla con adolescentes.

Mª Helena Vales-Villamartin Navarro.

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