Cercano el día de san Valentín los comercios exhiben ya sus mercancías acorazonadas con una insinuación subliminal: "no hay amor sin regalo". Comprar no significa dar amor, si bien los detalles son su medida, pues esta emoción abarca la vida entera. No se puede querer si no se quiere el bien del otro. Los enamorados están para procurarse felicidad pero también para sostenerse en los momentos de dificultad. Un amor que no conlleve sacrificio ni olvido de sí mismo no puede llamarse tal. La dificultad hoy está en un amor almibarado asaeteado desde los medios de comunicación que puede resumirse en caricias, besos y sexo circunstancial. Qué lejos del amor verdadero.
Eva Nordbeck
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