lunes, 11 de febrero de 2008

Desnudarse en el cine.

Jessica Biel (El Ilusionista-2006), una de las actrices más bellas y solicitadas, ha declarado que ella no acepta desnudarse, aunque ello le acarree la pérdida de contratos sustanciosos. Le doy la razón: la desnudez está para ser admirada en privado y según las previsiones del que nos creó, como comienzo del ritual amoroso con fines más allá de la estética y nunca para incitar a la excitación desde una pantalla. La intimidad sexual se pierde del todo en un falaz intento de hacer público lo que es más privado, yo diría que sagrado en toda persona. Nunca sabremos el daño que el sexo explícito, y no tan explícito, ha hecho entre los espectadores, a cuántos jóvenes ha mal dispuesto hacia el amor y el matrimonio, a cuántos ha empujado a la infidelidad y en tantos que ha pervertido el verdadero sentido del amor total que se entrega después de la boda.
Eva María Catalán

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