lunes, 4 de febrero de 2008

Promesas de felicidad

En la trasera del Carnaval, asoma la Cuaresma. En la antesala, el atractivo e interesante Sermón de la Montaña, llamado, también, de lasBienaventuranzas. ¿ Qué son? No son leyes, ni normas, ni dogmas, sino promesasde felicidad estable. Jesús pronunció ese bellísimo sermón y llamó felices a los pobres de espíritu, que son las personas auténticamente libres, los herederos del Reino de los Cielo; a los que sufren y a los que trabajan porla paz y que son justos; a los compasivos... Las bienaventuranzas son como la flor del Evangelio, su corazón, la buena noticia para todos. No son pura teoría y muchos las han vivido. Son como la letra de una partitura, a la que Jesús puso música con su propia vida. Han recibido palabras de elogio porque son consoladoras, y alguno, en su despiste, ha dicho que alienan al hombre yson "el opio del pueblo". No saben que no son tanto palabras de resignación cuanto de ánimo para aquellos que tienen el valor de actuar y arriesgarse por el nombre del Señor y por el bien de los humildes. Las Bienaventuranzasson como luces en lo alto, capaces de orientar a quien se siente triste o desesperado, débil o tentado de violencia o de egoísmo, el verdadero alienador. Dejan muy claro: los que sufren, los despreciados, son los preferidos de Dios, y quienes tienen misericordia con otros, la alcanzarán para sí.

Manuel Villa Ramírez
Valladolid

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